¿También ustedes quieren irse?


  

¿También ustedes quieren irse?


Sábado III de Pascua


Evangelio Diario y Meditación


 

 + Oración al Espíritu Santo


 Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




+ Santo Evangelio


Evangelio según san Juan 6, 60-69

Después de escuchar la enseñanza de Jesús, muchos de sus discípulos decían: “¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?”

Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo:

“¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes?

El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve.

Las palabras que les dije son Espíritu y Vida.

Pero hay entre ustedes algunos que no creen”.

En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.

Y agregó: “Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede”.

Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de Él y dejaron de acompañarlo.

Jesús preguntó entonces a los Doce: “¿También ustedes quieren irse?”

Simón Pedro le respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios”.    




+ Meditación Patrística:


 Primer Punto: Disipó toda duda diciendo que su carne es la vida del mundo y que así como había sido enviado por el Padre vivo, así vive por el Padre y añadiendo de nuevo a todo esto que bajó del cielo. Y no dijo esto queriendo escandalizar a sus discípulos, sino queriendo disipar su escándalo. Porque mientras lo consideraban como hijo de José, no entendían lo que se les decía, mas los que habían de creer que bajó del cielo y que a él subiría, atienden con más diligencia a las cosas que se les dicen. (San Juan Crisóstomo)


 Segundo Punto:  Sucedió así para nuestro consuelo, porque alguna vez ocurre que hable un hombre la verdad y no se entiende lo que dice y por esto los que lo oyen se escandalizan y se marchan, y entonces se arrepiente aquel hombre de haber dicho lo que era verdad; y dice entre sí: no he debido decir esto de esta manera. Pues así sucedió a nuestro Señor. Habló y se quedó sin muchos. Pero no por esto se turbó, porque desde el principio había conocido a los que no habrían de creer. Pero si esto nos sucede a nosotros, nos disgustamos. Busquemos consuelo en el Señor y hablemos con precaución. (San Agustín)


 Tercer Punto: «Nosotros también seremos dignos de estos bienes si siempre seguimos a nuestro Salvador, y, si no solamente en esta Pascua nos purificásemos, sino toda nuestra vida la juzgásemos como una solemnidad, y siempre unidos a Él y nunca apartados le dijésemos: “Tú tienes palabras de vida eterna, ¿adónde iremos?” Y si alguna vez nos hemos apartado, volvamos por la confesión de nuestras transgresiones, no guardando rencor contra nadie, sino mortifiquemos con el espíritu los actos del cuerpo». (San Atanasio)




+ Mensaje 


“Queridos hijos, queridos apóstoles míos del amor, mis portadores de la verdad, os invito nuevamente y os reúno en torno a mí para que me ayudéis, para que ayudéis a todos mis hijos sedientos del amor y de la verdad, sedientos de mi Hijo. Yo soy una gracia enviada por el Padre Celestial para ayudaros a vivir la Palabra de mi Hijo. Amaos los unos a los otros. Yo viví vuestra vida terrena y sé que no es siempre fácil, pero si os amáis unos a otros, oraréis con el corazón y alcanzaréis cumbres espirituales y se abrirá para vosotros el camino hacia el Paraíso. Allí os espero yo, vuestra Madre, porque estoy allí. Sed fieles a mi Hijo y enseñad la fidelidad a los demás. Estoy con vosotros, os ayudaré. Os enseñaré la fe para que sepáis transmitirla de manera correcta a los demás. Os enseñaré la verdad para que sepáis discernir. Os enseñaré el amor para que conozcáis lo que es el verdadero amor. Queridos hijos, mi Hijo logrará hablar a través de vuestras palabras y de vuestras obras. ¡Os doy las gracias! ” (Mensaje 2 de Septiembre, 2015))




+ Coloquio:  


 Señor, Te damos gracias por ser nuestro Creador. Te damos gracias por el grandioso don de la vida. Te pedimos ahora que nos des la gracia de estar unidos a Ti y que nos liberes de todo lo que nos desune de Ti. Te pedimos que nos reveles Tu voluntad y el sentido de nuestra vida. Danos la gracia de entender Tu amor. Te damos gracias, oh Señor, por enviarnos a la Madre de Tu Hijo y por toda la ayuda que nos das a través de Ella. Danos la gracia de entender que no tenemos futuro sin Ti. Tú lo eres todo para nosotros. Oh Señor, Te pedimos la gracia y la fortaleza interior para superar cualquier pecado y liberarnos de la soberbia, los celos, la envidia, de cualquier dependencia a este mundo. Libéranos del odio, del miedo y de las agresiones, de cualquier sentimiento negativo. Danos la gracia de orar y de buscarte en la oración. (Fra. Slavko , Medjugorje, Medjugorje, Abril, 28 de 1997)


        


+ Comunión Espiritual:


 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)









Es mi carne para la Vida



 Es mi carne para la Vida


Viernes III de Pascua


Evangelio Diario y Meditación




 + Oración al Espíritu Santo


 Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




+ Santo Evangelio


Evangelio según san Juan 6, 51-59

Jesús dijo a los judíos:

“Yo soy el pan vivo bajado del cielo.

El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo”.

Los judíos discutían entre sí, diciendo: “¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?”

Jesús les respondió:

“Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y Yo en él.

Así como Yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.

Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente”.

Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm.     




+ Meditación Patrística:


 Primer Punto: Y para que no creyesen que esto se decía para ellos solos, formuló a continuación una sentencia general, diciendo: "Que el que come mi carne y bebe mi sangre", etc. Y para que no entendiesen que se refería a esta vida y cuestionasen acerca de ello, añadió: "Tiene vida eterna". Mas no la tiene el que no come esta carne ni bebe esta sangre, puesto que podemos tener la vida temporal prescindiendo de El, pero de ninguna manera la vida eterna. No sucede así respecto de la comida que tomamos para alimentar esta vida temporal, porque los que no la reciben, no viven, ni tampoco vivirá el que la tome, puesto que sucede que mueren todos los que la toman, o por enfermedad, o por ancianidad, o por cualquier otra causa. Mas respecto de esta comida y esta bebida, esto es, del cuerpo y la sangre del Señor, no sucede así. Porque el que no la toma no tiene vida eterna y el que la toma tiene vida y ésta es eterna. (San Beda)


 Segundo Punto:  Como los hombres desean conseguir mediante la comida y bebida saciar para siempre su hambre y su sed, esto en realidad no lo satisface nada sino esta comida y esta bebida, que hace inmortales e incorruptibles a aquéllos que la reciben; esto es, a la misma sociedad de los santos, en donde se encontrará la paz y unidad plena y perfecta. Por lo tanto, nuestro Señor recomendó su cuerpo y su sangre como cosas que se reducen y refieren a cierta unidad, porque de muchos granos se forma otro cuerpo (esto es, el pan), que es un solo todo y lo mismo sucede respecto del vino, que se forma por la reunión de muchos racimos. Después manifiesta en qué consiste comer su cuerpo y beber su sangre, diciendo: "El que come mi carne, etc., permanece en mí y yo en él". Esto es, pues, comer aquella comida y beber aquella bebida, a saber: permanecer en Cristo y tener a Cristo permaneciendo en sí. Y por esto el que no permanece en Cristo y aquél en quien Cristo no permanece, sin duda alguna ni come su carne ni bebe su sangre, sino que, por el contrario, come y bebe sacramento de tan gran valía para su condenación. (San Agustín)


 Tercer Punto: No queda lugar a duda acerca de la verdad de la carne y la sangre de Jesucristo. Mas ahora, según dice el mismo Dios y nuestra fe nos enseña, es verdadera carne y verdadera sangre. Y ésta es la causa de nuestra vida, porque tenemos a Jesucristo viviendo en nosotros, que somos carnales, por medio de la carne, debiendo vivir también nosotros por medio de El, del mismo modo que El vive por el Padre. Y si nosotros vivimos por El de una manera física, según la carne, esto es, habiendo recibido la naturaleza de la carne, ¿cómo dejará de tener en sí al Padre, en cuanto al espíritu, siendo así que El vive por el Padre? Pero vive por el Padre porque su generación no añadió nada ajeno a su naturaleza. (San Hilario)




+ Mensaje 


“¡Queridos hijos! También hoy los invito a consagrarme sus vidas con amor, a fin de que Yo pueda guiarlos en el amor. Yo los amo, queridos hijos, con un amor especial y deseo conducirlos a todos al Cielo con Dios. Yo deseo que ustedes comprendan que esta vida dura poco en comparación con la del Cielo. Por tanto, queridos hijos, decídanse hoy nuevamente por Dios. Sólo así podré mostrarles cuánto los amo y cuánto deseo que todos ustedes sean salvados y estén Conmigo en el Cielo. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”  (Mensaje, 27 de noviembre de 1986)




+ Coloquio:  


 Señor, Te damos gracias por ser nuestro Creador. Te damos gracias por el grandioso don de la vida. Te pedimos ahora que nos des la gracia de estar unidos a Ti y que nos liberes de todo lo que nos desune de Ti. Te pedimos que nos reveles Tu voluntad y el sentido de nuestra vida. Danos la gracia de entender Tu amor. Te damos gracias, oh Señor, por enviarnos a la Madre de Tu Hijo y por toda la ayuda que nos das a través de Ella. Danos la gracia de entender que no tenemos futuro sin Ti. Tú lo eres todo para nosotros. Oh Señor, Te pedimos la gracia y la fortaleza interior para superar cualquier pecado y liberarnos de la soberbia, los celos, la envidia, de cualquier dependencia a este mundo. Libéranos del odio, del miedo y de las agresiones, de cualquier sentimiento negativo. Danos la gracia de orar y de buscarte en la oración. (Fra. Slavko , Medjugorje, Medjugorje, Abril, 28 de 1997)




+ Comunión Espiritual:


 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)

El que cree, tiene Vida eterna


El que cree, tiene Vida eterna


Jueves III de Pascua


Evangelio Diario y Meditación




 + Oración al Espíritu Santo


 Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




+ Santo Evangelio


Evangelio según San Juan 6,44-51. 

  Jesús dijo a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. 

Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. 

Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. 

Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. 

Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. 

Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. 

Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".     




+ Meditación Patrística:


 Primer Punto: ¿Pero nosotros, no comeremos del pan que baja del cielo? Aquellos murieron, como nosotros también hemos de morir en cuanto a la muerte de este cuerpo, visible y material. Pero en cuanto a la muerte del espíritu, de la que murieron los padres de éstos, Moisés comió el maná y muchos otros que agradaron a Dios y no murieron porque aquella comida visible fue entendida por ellos en sentido espiritual. Tuvieron de ella hambre espiritual, la gustaron en espíritu y espiritualmente quedaron saciados. Y nosotros hoy también recibimos un alimento visible, pero una cosa es el sacramento y otra la virtud del sacramento. ¿Cuántos hay que reciben este pan del altar, y mueren a pesar de ello? Por esto dice el Apóstol (1Cor 11,29): "Que come y bebe su propia condenación". Por tanto, comed el pan del cielo en espíritu y llevad vuestra inocencia ante el altar. Los pecados, ya que son diarios, que no sean mortales. Antes que os aproximéis al altar, ved lo que hacéis, ved lo que decís: perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores (Mt 6,12). Si perdonas, te serán perdonadas. Aproxímate tranquilo, es pan, no veneno. Y si alguno comiese de este pan, no morirá, pero respecto de la virtud del sacramento y no en cuanto se refiere al sacramento visible; esto es, el que lo come interiormente y no exteriormente. (San Agustín)


 Segundo Punto:  Cuando dice: "Que yo daré" da a conocer su poder, porque no fue crucificado como siervo del Padre y menor que El, sino voluntariamente. Pues aunque se dice que fue entregado por el Padre, se entregó El a sí mismo. Y véase cómo el pan que nosotros recibimos en el sacramento no es la figura del cuerpo de Jesucristo, sino el mismo verdadero cuerpo de Jesucristo. Porque no dijo: el pan que yo daré lleva la imagen de mi cuerpo, sino: es mi propia carne. Se transforma este pan por las palabras inefables, por la bendición y habitación mística del Espíritu Santo en el cuerpo de Jesucristo. ¿Y por qué no vemos su cuerpo? Porque si lo viésemos, nos horrorizaríamos de comerlo. Por cuya razón, condescendiendo con nuestra fragilidad, vemos esta comida espiritual en la manera que convenía a nuestro modo de conocer. Entregó su carne por la vida del mundo, porque muriendo destruyó la muerte. Yo también entiendo la resurrección en aquellas palabras "por la vida del mundo". (Teofilacto)


 Tercer Punto: ¿Y cómo iba a entender el hombre que llamase pan a su carne? Conocen, pues, los fieles que es el cuerpo de Jesucristo y no deben despreciarlo. Háganse cuerpo de Jesucristo, si quieren vivir del espíritu de Jesucristo, porque no vive del espíritu de Jesucristo sino el cuerpo de Jesucristo. ¿Acaso mi cuerpo vive de tu espíritu? El Apóstol da a conocer este pan diciendo ( 1Cor 10,17): "Muchos somos un solo cuerpo, todos los que participamos de este solo pan". ¡Oh sacramento de piedad! ¡Oh signo de unidad! ¡Oh vínculo de caridad! El que quiere vivir, tiene de dónde vivir; acérquese, crea, incorpórese para que sea vivificado. (San Agustín)




+ Mensaje


“¡Queridos hijos! Hoy los invito de nuevo a poner la oración en primer lugar en sus familias. Hijitos, si Dios está en primer lugar, entonces, en todo lo que hagan, buscarán la voluntad de Dios. Así, su conversión cotidiana será más fácil. Hijitos busquen con humildad aquello que no esté en orden en sus corazones y comprenderán que es lo que deben hacer. La conversión será para ustedes un deber cotidiano que realizarán con gozo. Hijitos, Yo estoy con ustedes y los bendigo a todos y los invito a convertirse en testigos míos a través de la oración y la conversión personal. Gracias por haber respondido a mi llamado!”    (Mensaje, 25 de abril de 1996)




+  Coloquio


Dios, Padre nuestro, en nombre de Tu Hijo Jesús, junto con María, Tu humilde sierva, la Reina de la Paz, queremos darte gracias por el amor que nos tienes. Queremos, sin embargo, pedirte ahora que el Espíritu Santo ilumine nuestro corazón, a fin de que podamos responder al llamado de María Santísima a la oración y que, en la oración, podamos abrirnos a Ti. Danos la gracia de poder reconocer de manera especial Tu amor por nosotros a través de las apariciones de María. Que a lo largo de toda nuestra vida podamos responder a Tu amor por nosotros. (Fra. Slavko ,  Enero 29, 1999)




+ Comunión Espiritual:


 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)







Esta es la voluntad de mi Padre


Esta es la voluntad de mi Padre


Miércoles III de Pascua


Evangelio Diario y Meditación




 + Oración al Espíritu Santo


 Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




+ Santo Evangelio


Evangelio según San Juan 6,35-40. 

Jesús dijo a la gente: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed. 

Pero ya les he dicho: ustedes me han visto y sin embargo no creen. 

Todo lo que me da el Padre viene a mí, y al que venga a mí yo no lo rechazaré, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió. 

La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día. 

Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día".    




+ Meditación Patrística:


 Primer Punto: No arrojaré fuera al que viene a mí porque no he venido a hacer mi voluntad. Siendo humilde he venido a enseñar la humildad y el que viene a mí se incorpora conmigo y se hace humilde, porque no hace su voluntad, sino la de Dios; y no será arrojado fuera. Si lo había sido antes, fue porque era soberbio, y a mí no puede venir el que no sea humilde. Lo que se arroja fuera es la soberbia; el que observa la humildad, no se separa de la verdad. Por lo tanto, no arrojará fuera al que viene a El, porque no viene a hacer su voluntad, como manifiesta cuando añade: "Y ésta es la voluntad de aquel Padre que me envió; que nada pierda de lo que me dio el Padre". Le fue dado todo aquél que observa la humildad (Mt 18,14). No hay voluntad en el Padre de que perezca siquiera uno, aunque sea de los más pequeñuelos. De los soberbios puede perecer alguno, pero de los pequeños ninguno perece. Porque si no os hacéis como este pequeñuelo, no entraréis en el reino de la gloria (Mt 18,3). (San Agustín)


 Segundo Punto:  Todo aquél a quien el Padre traiga con el fin de que crea en mí, vendrá a mí por medio de la fe, de tal modo, que a mí se una. Y a todo aquél que venga a mí por medio de la fe y de las buenas acciones, no lo echaré fuera, esto es, habitará conmigo en el secreto de su conciencia limpia y al fin lo recibiré en la eterna bienaventuranza. (Alcuino)


 Tercer Punto: Y ved cómo habla aquí de aquellas dos resurrecciones: el que viene a mí, resucita ahora, haciéndose humilde en mis miembros; pero lo resucitaré en el último día. Y para probar lo que había dicho: "que todo aquello que el Padre me dio" y respecto de lo que dijo después: "que nada se pierda", añade: "Y la voluntad de mi Padre que me envió, es ésta: que todo aquél que vea al Hijo y crea en El, tenga vida eterna". Antes dijo también ( Jn 5,24): "El que oye mi palabra y cree en Aquél que me envió", y ahora dice: "El que ve al Hijo y cree en El". No dijo: y cree en el Padre, porque lo mismo es creer en el Hijo que creer en el Padre, puesto que así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también concedió al Hijo que tuviera vida en sí mismo; ( Jn 5,26) para que éste concediera que todo aquél que vea al Hijo y crea en El tenga vida eterna, y creyendo y pasando la vida, pase como aquella primera resurrección. Y como esta vida no es la única, habla también de la segunda: "Y yo lo resucitaré en el último día". (San Agustín)




+ Mensaje


“¡Queridos hijos! Hoy los invito de nuevo a poner la oración en primer lugar en sus familias. Hijitos, si Dios está en primer lugar, entonces, en todo lo que hagan, buscarán la voluntad de Dios. Así, su conversión cotidiana será más fácil. Hijitos busquen con humildad aquello que no esté en orden en sus corazones y comprenderán que es lo que deben hacer. La conversión será para ustedes un deber cotidiano que realizarán con gozo. Hijitos, Yo estoy con ustedes y los bendigo a todos y los invito a convertirse en testigos míos a través de la oración y la conversión personal. Gracias por haber respondido a mi llamado!”    (Mensaje, 25 de abril de 1996)




+  Coloquio


Dios, Padre nuestro, en nombre de Tu Hijo Jesús, junto con María, Tu humilde sierva, la Reina de la Paz, queremos darte gracias por el amor que nos tienes. Queremos, sin embargo, pedirte ahora que el Espíritu Santo ilumine nuestro corazón, a fin de que podamos responder al llamado de María Santísima a la oración y que, en la oración, podamos abrirnos a Ti. Danos la gracia de poder reconocer de manera especial Tu amor por nosotros a través de las apariciones de María. Que a lo largo de toda nuestra vida podamos responder a Tu amor por nosotros. (Fra. Slavko ,  Enero 29, 1999)




+ Comunión Espiritual:


 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)







Yo soy el pan de Vida


"Señor, danos siempre de ese pan"


Martes III de Pascua


Evangelio Diario y Meditación




 + Oración al Espíritu Santo


 Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




+ Santo Evangelio


Evangelio según San Juan 6,30-35. 

La gente dijo a Jesús: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? 

Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo". 

Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo". 

Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". 

Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.  




+ Meditación Patrística:


 Primer Punto: Porque el fin de la Ley es Jesucristo, para justificación de todo creyente. ( Rom 10,4) Y por tanto, no quiso distinguir la fe de la obra, sino que dijo que la misma fe es la obra de Dios, pues esta misma fe es la que obra por medio del amor. Y no dijo (2 Cor 3,17): ésta es vuestra obra, sino: ésta es la obra de Dios, a fin de que creáis en El, para que el que se gloría, se gloríe en el Señor. Luego creer en El es comer aquel alimento que permanece hasta la vida eterna. ¿Para qué preparas tu diente y tu vientre? Cree y ya has comido. Mas aunque los invitaba a creer, ellos todavía pedían milagros para creer. Y esto es lo que sigue: "Entonces le dijeron: ¿pues qué milagro haces", etc. (San Agustín)


 Segundo Punto:  Los judíos dicen: « Nuestros padres comieron el maná en el desierto». El Salvador hubiera podido responderles: «Vengo a hacer un milagro más grande que el de Moisés: yo, no tuve necesidad de un bastón, ni de la oración » (Ex 9:23; 17:9s); todo lo hice por mí mismo, por mi propia autoridad. Recuerdan el prodigio del maná; yo, ¿no les he dado pan en abundancia?» Pero no era el tiempo en ese entonces de hablar de esta manera. Jesús no pensaba más que en una cosa: atraerlos a él para que le pidiesen comida espiritual…: «Moisés no les dio el pan del cielo; es mi Padre quien da el verdadero pan del cielo»… 

 Ese pan que el Padre da, Jesucristo lo llama el pan verdadero. No es que el milagro del maná haya sido falso; pero el maná era una prefiguración de un pan superior y más maravilloso…:« El pan de Dios, es el pan que ha descendido del cielo y que da la vida al mundo»- al mundo entero y no solamente a los judíos. Ese pan no es solamente comida sino también vida, una vida diferente de ésta, es completamente otra vida: este pan da la verdadera vida…es Jesús esa vida porque él es el Verbo, la Palabra de Dios, al igual que aquí, en nuestras iglesias, se convierte en el pan del cielo al bajar el Santo Espíritu. (San Juan Crisóstomo)


 Tercer Punto: En lo que sigue el Señor los va a iniciar en el conocimiento de los misterios. En primer término, habla de su divinidad, por lo que les dice: "Y Jesús les dijo: yo soy el pan de la vida". Y no dijo esto refiriéndose a su cuerpo, porque de esto habló más adelante cuando dijo: "el pan que os daré, es mi propia carne". Pero ahora habla de su divinidad, porque su carne es pan por la Palabra de Dios, que se convierte en pan celestial para todo aquél que recibe su mismo espíritu. (San Juan Crisóstomo)




+ Mensaje 


“¡Queridos hijos! También hoy los invito a consagrarme sus vidas con amor, a fin de que Yo pueda guiarlos en el amor. Yo los amo, queridos hijos, con un amor especial y deseo conducirlos a todos al Cielo con Dios. Yo deseo que ustedes comprendan que esta vida dura poco en comparación con la del Cielo. Por tanto, queridos hijos, decídanse hoy nuevamente por Dios. Sólo así podré mostrarles cuánto los amo y cuánto deseo que todos ustedes sean salvados y estén Conmigo en el Cielo. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”  (Mensaje, 27 de noviembre de 1986)




+ Coloquio:  


 Señor, Te damos gracias por ser nuestro Creador. Te damos gracias por el grandioso don de la vida. Te pedimos ahora que nos des la gracia de estar unidos a Ti y que nos liberes de todo lo que nos desune de Ti. Te pedimos que nos reveles Tu voluntad y el sentido de nuestra vida. Danos la gracia de entender Tu amor. Te damos gracias, oh Señor, por enviarnos a la Madre de Tu Hijo y por toda la ayuda que nos das a través de Ella. Danos la gracia de entender que no tenemos futuro sin Ti. Tú lo eres todo para nosotros. Oh Señor, Te pedimos la gracia y la fortaleza interior para superar cualquier pecado y liberarnos de la soberbia, los celos, la envidia, de cualquier dependencia a este mundo. Libéranos del odio, del miedo y de las agresiones, de cualquier sentimiento negativo. Danos la gracia de orar y de buscarte en la oración. (Fra. Slavko, Medjugorje, Abril, 28 de 1997)




+ Comunión Espiritual:


 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)







"Maestro, ¿cuándo llegaste?"



"Maestro, ¿cuándo llegaste?"


Lunes III de Pascua


Evangelio Diario y Meditación




 + Oración al Espíritu Santo


 Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




+ Santo Evangelio


 Evangelio San Juan 6, 22-29. 

Después de que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos. 

Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias. 

Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. 

Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?". 

Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. 

Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". 

Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?". 

Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado".  




+ Meditación Patrística:


 Primer Punto:  La naturaleza de los signos lleva consigo la propiedad de explicar la especie impresa en ellos, sin que pierdan nada de sí en el acto de sellar, porque a la vez que reciben cuanto en ellos se imprime, comunican también todo lo impreso. Este ejemplo no tiene suficiente capacidad para poder explicar la generación divina, porque en los signos hay materia previa, diversidad e impresión, por medio de las que se imprimen ciertas semejanzas de otras cosas superiores. Mas el Unigénito de Dios, que se hizo Hijo del hombre por el misterio de nuestra salvación, queriendo dar a conocer que posee en sí mismo la imagen del Padre, dice que ha sido sellado por El. Y por esto puede entenderse que le fue dado poder para que nos preparase el alimento adecuado para conseguir la vida eterna, puesto que llevaba en sí toda la plenitud de la forma del Padre. (San Hilario)


 Segundo Punto:  Pero como algunos gustan vivir de la holganza, abusan de esta palabra; y debemos citarles las palabras de San Pablo (Ef 4,28): "El que robaba, que ya no robe, sino que procure más bien trabajar con sus manos y así tendrá con qué poder remediar las necesidades de la vida". Y él mismo, cuando iba hacia Corinto, se detenía en casa de Aquilas y Priscila y allí trabajaba. (Hch 18) Y diciendo "no os afanéis por el alimento que se pierde", no es que dé a entender que se deba ser perezoso, sino que conviene trabajar y dar a los demás. Esta es la comida que no se pierde. Porque procurar la comida que se pierde es lo mismo que aficionarse a los cuidados del mundo. Y esto lo dice porque aquéllos no se ocupaban de la fe, sino que únicamente querían llenar su vientre sin trabajar y a esto oportunamente lo llamó la comida que se pierde. (San Juan Crisóstomo)


 Tercer Punto: Por la persona de éstos, el Señor aparta también a los que dentro de su propia Iglesia y habiéndose acercado al El por las sagradas órdenes, no buscan en ellas los méritos de las virtudes, sino la satisfacción de los asuntos del mundo. El haber seguido al Señor después de saciados, equivale a haber recibido de la Iglesia los alimentos necesarios. Y no siguen al Señor por sus milagros, sino por los alimentos, creyendo que cumplen con el deber de la religión ansiando los auxilios corporales, sin que se cuiden del fomento de las virtudes. (San Gregorio)




Mensaje


“¡Queridos hijos! Hoy quisiera envolverlos con mi manto y guiarlos por el camino de la santidad. Yo los amo y por eso deseo que ustedes sean santos. No quiero que Satanás los obstaculice en este camino. Queridos hijos, oren y acepten todo lo que Dios les presenta en este camino, que es doloroso. Pero a quien comience a recorrerlo, Dios le revelará toda la dulzura de modo que pueda responder a cada llamado Suyo. No den importancia a las pequeñas cosas sino que aspiren al Cielo y a la santidad. Gracias por haber respondido a mi llamado!”  (Mensaje, 25 de Julio de 1987)





+ Coloquio


 Dios, Padre nuestro, gracias porque Tú eres nuestro Padre y porque nos has llamado a ser Tus hijos. Gracias porque nos has revelado Tu amor por medio de Jesucristo, Tu Hijo, que se hizo hombre. Te alabamos por la misericordia que nos has mostrado en El. Te damos gracias porque nos has prometido enviarnos a Tu Espíritu Santo y especialmente por habernos enviado a María para que pueda guiarnos en este tiempo de gracia. Te pedimos, oh Dios, Padre nuestro, que abras nuestros corazones y nos liberes de todo lo que nos cierra a Ti. Danos la gracia de regocijarnos con Tu Palabra. Danos la gracia de poder entenderla y aceptar Tu voluntad sin miedo. (Fray Slavko Barbaric, 27 de Noviembre 1997). 




+ Comunión Espiritual:


 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)