Fenómenos espantosos


Fenómenos espantosos

Martes XXXIV


Evangelio Diario y Meditación

  •   Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


+Santo Evangelio

Evangelio según san Lucas 21, 5-11:

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y ofrendas votivas,  Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».


+ Meditación Patrística:

Primer Punto:  Como son dones especiales de Dios y misterios que están sobre la naturaleza humana, esto es, la forma de la vida celestial, el poder contra los demonios, la adopción, el conocimiento del Padre y del Verbo y el don del Espíritu Santo, nuestro enemigo el diablo nos rodea siempre, tratando de quitarnos la semilla de la palabra que ha sido puesta en nosotros. Así el Señor nos aconseja que no nos dejemos seducir, como para concluir sus enseñanzas y sus preciosos dones. Grande es en verdad el don que nos ofrece el Verbo de Dios para que no sólo no nos engañen las cosas aparentes, sino para que examinemos las ocultas por la gracia del Espíritu. Siendo el enemigo el odioso inventor de todo mal, oculta lo que es en realidad; inventa con astucia el nombre que ha de dar a todas las cosas, como el que queriendo sujetar a los hijos ajenos en la ausencia de sus padres, imita sus rostros, y engaña así a los que desean el regreso de sus padres. De este modo el diablo disfrazado en todas las herejías, dice: "Yo soy el Cristo y la verdad está en mí". Por esto sigue: "Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: Yo soy, y el tiempo se acerca”. (San Atanasio) 
Antes de su bajada del cielo vendrán algunos a quienes no debemos seguir. Porque quiso el Verbo unigénito de Dios estar oculto cuando vino a salvar al mundo para llevar su cruz por nosotros. Pero su segunda venida no será oscura como antes, sino manifiesta y terrible; porque bajará en la gloria de Dios Padre, asistido por los ángeles, para juzgar al mundo en justicia. Por esto concluye: "Guardaos, pues, de ir en pos de ellos”. (San Cirilo)

Segundo Punto: El Señor dice los males que habrán de ocurrir antes del fin del mundo para que, anunciados así, se inquieten menos los hombres en lo futuro. Hieren menos las flechas que se previenen. Por esto dice: "Y cuando oyereis guerras y sediciones", etc. Las guerras son propias de los enemigos, y las sediciones de los ciudadanos, para que sepamos, pues, que seremos turbados exterior e interiormente, dice que tendremos que sufrir de nuestros enemigos y de nuestros hermanos.
 Pero como a estos males no ha de seguir inmediatamente el fin, añade: "Porque es necesario que esto acontezca primero, mas no será luego el fin", etc. La última tribulación será precedida de otras muchas, porque deben preceder muchos males que puedan anunciar el mal sin fin. Por esto sigue: "Entonces les decía: Se levantarán pueblos contra pueblos", etc. Porque es necesario que suframos muchas cosas, unas del cielo, otras de la tierra, otras de los elementos y otras de los hombres. Aquí, pues, se da a conocer la perturbación de los hombres. Sigue: "Y habrá grandes terremotos en muchos lugares", señales de la cólera del cielo”. He aquí la desigualdad de los cuerpos; "Y hambre", he aquí la esterilidad de la tierra; "Y habrá cosas espantosas y grandes señales del cielo", he aquí el desequilibrio de la atmósfera. Deben referirse estas calamidades a las cosas que no guardan el orden de los tiempos; porque lo que sucede con orden no es señal. Todo lo que recibimos para las necesidades de la vida lo convertimos en elemento de culpas; y todo lo que consagramos a la práctica del pecado se nos convertirá en motivo de castigo. (San Gregorio)


  • Coloquio y Comunión Espiritual:

 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)

Eterno Padre os ofrezco la Sangre, el Alma, el Espíritu, el Cuerpo y la Divinidad preciosísima de Tu Hijo Jesús en expiación de mis pecados, los pecados del mundo entero y las necesidades de nuestra Santa Iglesia Católica. Amén.