“Está escrito…”



“Está escrito…”

Tiempo  de Cuaresma

Domingo I


Evangelio Diario y Meditación

  •   Oración al Espíritu Santo
(Antes de iniciar nuestra Oración, imploramos al Espíritu Santo sus dones y auxilio)

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


Petición de gracia: Pedimos al Señor nos conceda comprender lo que el Espíritu de Dios quiere regalarnos, por medio de la Sagrada Liturgia, en el tiempo de Cuaresma y particularmente en este día de Cenizas.  Procuramos vernos de rodillas ante la Reina de la Paz, y le pedimos, como mendigos del templo, nos alcance las luces para nuestra conciencia, la conversión de nuestras almas y el fervor de la caridad para nuestro pequeño corazón…


+Santo Evangelio

Evangelio según san Lucas 4, 1-13
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces:
“Si Tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan”. Pero Jesús le respondió: “Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan”.
Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: “Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si Tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá”. Pero Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto”.
Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: “Si Tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: Él dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”.
Pero Jesús le respondió: “Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de Él, hasta el momento oportuno.

(Volvemos a leer el Evangelio más pausadamente, aplicando nuestra imaginación y sentidos espirituales como dice San Ignacio, de modo que procuramos escuchar, ver y palpar lo que Cristo N.S., La Virgen Santísima y los Apóstoles escucharon, vieron y palparon.)


  • Meditación Patrística:
(Iluminados por la Patrística, los Santos y el Magisterio, buscamos profundizar el misterio del Señor y reconocer sus mociones en nuestra alma)

Primer Punto:  Iba a propósito al desierto para provocar al diablo; pues si aquél no hubiese combatido, éste no hubiese vencido para mí, librando misteriosamente del destierro a aquel Adán que había sido expulsado del paraíso al desierto, demostrándonos con el ejemplo, que el diablo nos envidia cuando tendemos a lo mejor; y que entonces debemos estar más en guardia, para que la enfermedad de nuestra alma no pierda la gracia del misterio; de donde sigue: "Y era tentado por el diablo”. (San Cirilo)

Segundo Punto: Reconoces el número místico de cuarenta días. Recuerdas que las aguas del diluvio cayeron durante ese mismo número de días, y que después de otros tantos días, santificados por el ayuno, Dios hizo reaparecer la clemencia de un cielo más sereno. Por otros tantos días de ayuno, Moisés mereció recibir la ley, y los patriarcas en el desierto se alimentaron otros tantos años del pan de los ángeles.  (San Ambrosio)
Este número es el símbolo de esta laboriosa vida, durante la cual, conducidos por Cristo nuestro Rey, luchamos contra el diablo. Este número significa la vida temporal. En efecto, el tiempo de los años se divide en cuatro estaciones. Además, cuarenta contiene cuatro veces diez, y estos diez consuman su número multiplicándose desde el uno al cuatro, lo cual nos muestra que el ayuno de cuarenta días (esto es, la humillación del alma) fue consagrado en la Ley y los Profetas por Moisés y Elías, y en el Evangelio por el ayuno del mismo Señor. (San Agustín)

 Tercer Punto: Mas como el no tener hambre es superior al hombre, tomó el Señor la pasión del hambre, sabiendo que no es pecado, y concedió, cuando quiso, a la naturaleza humana sentir y hacer lo que es de su condición, de donde sigue: "Y transcurridos aquellos días, tuvo hambre". No obligado por la necesidad que siente la naturaleza, sino como provocando al diablo al duelo. Sabiendo el diablo que allí donde hay hambre hay debilidad, se acerca para tentarlo, y como imaginador e inventor de tentaciones, aconsejaba a Cristo paciente que apagase el apetito con piedras, de donde sigue: "Díjole, pues, el diablo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan", etc. (San Basilio)
 Sabemos que el diablo emplea tres armas para herir el alma del hombre: la gula, la vanagloria y la ambición. Empieza por aquella con que había ya vencido (esto es, a Adán). Aprendamos, pues, a evitar la gula, a evitar la sensualidad, porque es dardo del diablo. Pero ¿qué quiere decir con esta frase: "Si eres Hijo de Dios", sino que sabía que el Hijo de Dios había de venir, mas no pensaba que vendría con esta enfermedad natural? Explora y tienta. Dice que le cree Dios, e intenta burlarse de un hombre. (San Ambrosio)




+ Mensaje

 “Queridos hijos: también hoy mi Corazón materno os invita a la oración, a vuestra relación personal con Dios Padre, a la alegría de la oración en Él. Dios Padre no está lejos de vosotros ni os es desconocido. Él se os ha manifestado por medio de mi Hijo y os ha dado la vida, que es mi Hijo. Por eso, hijos míos, no cedáis a las tentaciones que quieren separaros de Dios Padre. ¡Orad! No intentéis tener familias y sociedades sin Él. ¡Orad! Orad para que vuestros corazones sean inundados por la bondad que proviene sólo de mi Hijo, que es la verdadera bondad. Solamente los corazones llenos de bondad pueden comprender y aceptar a Dios Padre. Yo continuaré guiándoos. Os pido de manera especial que no juzguéis a vuestros pastores. Hijos míos, ¿acaso habéis olvidado que Dios Padre los ha llamado a ellos? ¡Orad! Gracias! ”  (Mensaje, 2 de octubre de 2011) 


  • Coloquio:
(Luego de considerar las lecturas y el Evangelio, somos invitados a un dialogo espiritual, con el corazón, con el Señor y su Madre Santísima) 

 ¡Os doy gracias ¡Oh Corazón afligido y enamorado de mi Señor!  Os doy gracias,  y os compadezco especialmente de ver que tanto padecisteis por los hombres,  y estos tan poco os compadecen.
¡Oh Amor Divino! ¡Oh ingratitud humana! Atended como Él está rogando e intercediendo por vosotros cerca del Eterno Padre: miradle y amadle.
¡Oh! Mi Redentor! ¡Cuán pocos son los que piensan en vuestros dolores y en vuestro amor!  ¡Oh Dios! ¡Cuán pocos son los que os aman! Pero ¡miserable de mí!  Que también he vivido por tantos años olvidado de Vos!  Habéis padecido tanto para que os amase, ¡y nada os he amado!  Perdonadme Jesús mío,  perdonarme,  que ya quiero enmendarme y quiero amaros. 



  • Comunión Espiritual:
 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)