Yo he vencido al mundo


Yo he vencido al mundo

Lunes VII de Pascua

Evangelio Diario y Meditación


  •   Oración al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén



+Santo Evangelio

Evangelio según san Juan 16, 29-33
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, los discípulos le dijeron a Jesús: “Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que Tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que Tú has salido de Dios”.
Jesús les respondió: “¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo.
Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: Yo he vencido al mundo”.



+ Meditación Patrística:

Primer Punto: Como el Señor responde a lo que ellos pensaban, exclaman: "Ahora conocemos que tú sabes todas las cosas". Observad la imperfección en que se hallan, que aun después de haberles dicho tantas y tan grandes cosas, dicen: "Ahora conocemos (y esto lo dicen como si le dispensaran una gracia) y no hay necesidad de que nadie te pregunte"; esto es, antes que oigas, conociste las cosas que nos escandalizan, y nos tranquilizaste diciendo: "Porque el Padre os ama". (San Juan Crisóstomo)

Segundo Punto: Creen que ha salido de Dios, porque hace aquello que es sólo de Dios. El Señor les había dicho repetidas veces: "Yo de Dios salí y he venido al mundo desde el seno de mi Padre", y no se admiraron de lo que tantas veces habían oído; por lo que ahora no dicen: Viniste del Padre a este mundo, porque no sabían que había sido enviado por Dios, pues ignoraban que hubiese salido de Dios. Pero comprendiendo el inefable origen del Hijo por la virtud de su palabra, ellos empezaron a darse cuenta cuando El les confesó que les hablaba sin parábolas. Y ciertamente es muy distinto que nazca un hombre a que Dios sea engendrado, precisamente porque no se trata de un parto como el de los hombres, sino que hablamos de la generación de Dios. Es, pues, uno de uno; no es porción, no es apocamiento, no es disminución, no es derivación, no es extensión; ni sufrimiento, sino nacimiento de viviente de una naturaleza de viviente; no es una criatura elegida para recibir el nombre de Dios; no ha recibido su ser de la nada, sino que ha nacido de un ser permanente, porque la palabra salir significa un nacimiento, no un comienzo.  (San Hilario)

 Tercer Punto:  El principio de esta persecución tomará su origen de las palabras "Viene la hora en que seáis dispersados cada uno por su lado". Pero esto no había de ser para siempre, porque añadió: "Y me dejaréis solo". Pero no quiere que continúen en las mismas tribulaciones que después de su ascensión habían de tener en este mundo, en términos que le abandonen, sino que encuentren en El la paz, y por esto dice: "Mas tened confianza”. Recibido el Espíritu Santo, adquirieron confianza, y vencieron, no sólo en El, pues no hubiera vencido Este al mundo si el mundo hubiera vencido a sus miembros. Cuando dice: "Os he dicho esto para que tengáis paz en mí", debemos entender que no sólo se refiere a lo que había dicho poco antes, sino a todo lo que dijo desde que empezó a tener discípulos. O bien a aquel largo y admirable sermón que les predicó después de la cena. Esta recomendación de que tuviesen paz en El, no tendrá fin, sino que será el fin de todas nuestras intenciones y obras.



  • Mensaje


    “¡Queridos hijos! Oren conmigo al Espíritu Santo para que, en el camino de vuestra santidad, los conduzca en la búsqueda de la voluntad de Dios. Y ustedes que están lejos de la oración, conviértanse y busquen en el silencio de su corazón, la salvación de su alma; y aliméntenla con la oración. Yo los bendigo a cada uno con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado!” (Mensaje, 25 de mayo de 2007)




    • Coloquio
    Dios, Padre nuestro, en nombre de Tu Hijo Jesús, junto con María, Tu humilde sierva, la Reina de la Paz, queremos darte gracias por el amor que nos tienes. Queremos, sin embargo, pedirte ahora que el Espíritu Santo ilumine nuestro corazón, a fin de que podamos responder al llamado de María Santísima a la oración y que, en la oración, podamos abrirnos a Ti. Danos la gracia de poder reconocer de manera especial Tu amor por nosotros a través de las apariciones de María. Que a lo largo de toda nuestra vida podamos responder a Tu amor por nosotros. (Fra. Slavko ,  Enero 29, 1999).



+ Comunión Espiritual:

 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)