¿Con qué autoridad haces estas cosas?


¿Con qué autoridad haces estas cosas?


Sábado VIII de Tiempo Ordinario


Evangelio Diario y Meditación



 

+ Oración al Espíritu Santo


 Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




+ Santo Evangelio


Evangelio según San Marcos 11,27-33. 

Y llegaron de nuevo a Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por el Templo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos se acercaron a él 

y le dijeron: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio autoridad para hacerlo?". 

Jesús les respondió: "Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. 

Díganme: el bautismo de Juan, ¿venía del cielo o de los hombres?". 

Ellos se hacían este razonamiento: "Si contestamos: 'Del cielo', él nos dirá: '¿Por qué no creyeron en él?'. 

¿Diremos entonces: "De los hombres'?". Pero como temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan había sido realmente un profeta, 

respondieron a Jesús: "No sabemos". Y él les respondió: "Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas". 




+ Meditación Patrística:


 Primer Punto: El Señor podía ciertamente refutar con una respuesta franca las calumnias de los que le tentaban pero les pregunta usando de toda prudencia, para que se condenen ellos mismos con sus palabras o con su silencio. Así se desprende de lo que sigue: "Ellos discurrían para consigo diciendo: Si decimos que del cielo, dirá: ¿Pues por qué no lo creísteis?", que es como si dijera: Es el mismo que creéis que había recibido del cielo el don de profecía, y que ha dado testimonio de mí, y de sus labios oísteis en virtud de qué poder hago esto. "Si decimos que de los hombres -continúa- debemos temer al pueblo". Veían, pues, que de cualquier modo que contestasen, quedaban atrapados en sus redes, y aunque temían ser apedreados, temían más aún el confesar la verdad. "Y así respondieron a Jesús diciendo: No lo sabemos". (San Beda)


 Segundo Punto: Se ven rodeados de tinieblas por la envidia que les causa esta luz, de la que se dice: "Preparada tengo una antorcha a mi ungido, a sus enemigos los cubriré de oprobios" ( Sal 131,17-18). Y continúa: "Entonces Jesús les respondió: Pues ni yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas". (San Jerónimo)


 Tercer Punto: Juan Bautista enseña con palabras y obras. Verdadero maestro, que muestra con su ejemplo, lo que afirma con su lengua. La sabiduría hace al maestro, pero es la conducta lo que da la autoridad... Enseñar con obras es la única regla de aquellos que quieren instruir. Enseñar con palabras es la sabiduría; pero cuando se pasa a las obras, es virtud. El verdadero conocimiento está unido a la virtud: es esta, solo esta la que es divina y no humana...

"En aquellos días, se manifiesta Juan Bautista, proclamando en el desierto de Judea:"Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos"(Mateo 3:1-2). "Convertíos" ¿Por qué no dice: "Alegraos"? "Alegraos, más bien, porque las realidades humanas dan paso a las divinas, las terrestres a las celestes, las temporales a las eternas, el mal al bien, la incertidumbre a la seguridad, la tristeza a la felicidad, las realidades perecederas a aquellas que permanecen para siempre. El reino de los cielos está cerca. Convertíos”.

 Que tu conducta de conversión sea evidente. Tú que has preferido lo humano a lo divino, que has querido ser esclavo del mundo, en vez de vencer al mundo con el Señor del mundo, conviértete. Tú que has huido de la libertad que las virtudes te hubieran procurado, ya que has querido someterte al yugo del pecado, conviértete, conviértete de verdad, tú que por miedo a la Vida, estás condenado a muerte. (San Pedro Crisólogo)




+ Mensaje:


   “¡Queridos hijos! Hoy estoy con ustedes de una manera especial, llevando en mis brazos al Niñito Jesús, y los invito, hijitos, a abrirse a Su llamado. El los invita al gozo. Hijitos, vivan gozosos los mensajes del Evangelio que les repito desde el tiempo en que estoy con ustedes. Hijitos, Yo soy su Madre y deseo revelarles al Dios del amor y al Dios de la paz. No quiero que sus vidas se desarrollen en la tristeza, sino que se realicen en el gozo por la eternidad, conforme al Evangelio. Sólo de este modo sus vidas tendrán sentido. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”   (Mensaje, 25 de diciembre de 1996)


+ Coloquio:

 

  Dios, Padrenuestro, hoy Te damos gracias por habernos enviado a Tu Hijo que es sólo bien. Te damos gracias por María, Tu humilde sierva, que Te dio a Ti, nuestro Padre, el primer lugar en su corazón. Te damos gracias por cada alegría y por todo el gozo que nos has dado en estos tiempos al enviarnos a Tu Hijo. Danos, oh Padre, la gracia de saber meditar y reflexionar. Líbranos de todo lo que nos impide entrar en la profundidad, allí donde podemos encontrarnos Contigo. Libéranos de cualquier posible superficialidad para que podamos permanecer en paz y llevar la paz a los demás. Padre, libéranos de cualquier cosa que haya tomado el primer lugar en nuestra vida y que Te impide ocupar ese primer lugar. Padre, sana nuestras relaciones para que podamos ser curados y lleguemos a ser santos. Danos el amor unos por otros, Te lo suplicamos, y sana las relaciones heridas en las familias para que todo esposo pueda decirle a su esposa: 'Te deseo el bien', que toda esposa pueda decirle a su esposo: 'Te deseo el bien', que los padres unidos puedan decir eso mismo a sus hijos y que éstos a su vez sean capaces de responder. Que el bien tenga espacio en las familias, para que todas las familias, por Jesucristo, Tu Hijo, puedan vivir en paz y en el bien.  (Fray Slavko , Medjugorje, Diciembre 27 de 1997)




+ Comunión Espiritual


 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado.I Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)