Dichosos

 



Dichosos


Miércoles  XXIII




  • Oración al Espíritu Santo


Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




+Santo Evangelio


Evangelio san Lucas 6, 20-26


En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.»




 + Meditación


Primer Punto: No puede llamarse bienaventurado a todo el que es afligido por la pobreza, sino solamente al que prefiere el precepto de Jesucristo a las riquezas mundanas. Hay muchos pobres de bienes, pero que son muy avaros por el afecto; a éstos no los salva la pobreza, pero los condena su deseo. Ninguna cosa que no sea voluntaria aprovecha para la salvación, por la sencilla razón de que toda virtud está basada en el libre albedrío. Es bienaventurado el pobre que imita a Jesucristo, quien quiso sufrir la pobreza por nuestro bien; porque el mismo Señor todo lo hacía para manifestarse como nuestro modelo y podernos conducir a la eterna salvación. (San Basilio)


Segundo Punto: Sigue a la pobreza, no sólo la falta de las cosas deleitables, sino también la depresión del semblante por la tristeza. Por lo que sigue: "Bienaventurados los que lloráis". Considera como bienaventurados, no precisamente a los que derraman lágrimas -porque esto es propio de todos, tanto fieles como infieles, cuando experimentan alguna contrariedad- sino solamente a aquellos que hacen una vida mortificada, se preservan de los vicios y de las afecciones carnales, menospreciando las complacencias de la vida y llorando porque aborrecen las cosas de la tierra. (San Cirilo)


 Tercer Punto: La vanagloria siempre es mala; de ella nace la iniquidad, la desesperación y la avaricia, que es la madre de todos los males. Si deseas preservarte de todo esto, dirige tu mirada al Señor, y conténtate con la gloria que está junto a El; pues si en cualquier facultad conviene elegir árbitros a los más doctos, ¿cómo confías la prueba de la virtud a cualquiera, y no a aquel que la conoce más que todos, y que puede darla y coronarla? Si buscas en El tu gloria, evita la alabanza humana. No acostumbramos a admirarnos de ninguna cosa más que de aquel que menosprecia su propia gloria; y si esto nos sucede a nosotros, mucho más debe suceder al Señor de todas las cosas. Además debes considerar que la gloria de los hombres desaparece muy pronto, y que cae en el olvido en cuanto pasa un poco de tiempo. (San Juan Crisóstomo)




+Mensaje


“¡Queridos hijos! Hoy los invito a todos a regocijarse continuamente por la vida que Dios les concede. Mis queridos hijos, regocíjense en Dios el Creador, porque El los ha creado de manera tan maravillosa. Oren para que sus vidas estén llenas de una gozosa acción de gracias que brote desde su corazón, como un río de alegría. Mis queridos hijos, den incesantemente gracias a Dios por todo lo que poseen, por cada pequeo don que Dios les ha concedido. De esa forma, la bendición gozosa de Dios descenderá siempre sobre sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”  (Mensaje, 25 de agosto de 1988)




  • Coloquio


Te pedimos, oh Padre, por todos los enfermos y por los ancianos, para que ellos también experimenten la ayuda a través de los jóvenes y saludables, ayuda que Tu deseas dar a todos. Seamos conscientes del hecho de que la paz depende completamente del comportamiento de cada individuo. También Te pedimos en nombre de todos aquellos responsables de la Iglesia y del mundo, que sus corazones se abran a Tu ofrecimiento de verdadera paz, que todo aquel que lleve alguna responsabilidad también se decida por Ti, oh Padre, y que todos nosotros podamos durante este tiempo cooperar conTigo.  (Fr. Slavko Barbaric, 29 de Diciembre, 1999)




  • Comunión Espiritual


 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)