«Mi casa será casa de oración»


«Mi casa será casa de oración»

Viernes  XXXIII


Evangelio Diario y Meditación

  •   Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


+Santo Evangelio

Evangelio según san Lucas 19,45-48:

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:
«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”».
Todos los días enseñaba en el templo.
Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.


+ Meditación Patrística:

Primer Punto: Hablando en sentido espiritual, debe entenderse que el templo es el mismo hombre Cristo, que también lleva unido a sí su cuerpo que es la Iglesia. Así, pues, como cabeza de la Iglesia, dice con las palabras de San Juan: "Destruid este templo, y lo reconstruiré a los tres días" (Jn 2,19). Y como está unido a la Iglesia que es su cuerpo, debe entenderse que ella (la Iglesia) es el templo de quien dice el mismo Evangelista: "Quitad esto de aquí", etc. Da a conocer con esto que habría de haber en la Iglesia quien se ocupase de sus negocios y tuviese allí un asilo para ocultar sus crímenes, en vez de imitar la caridad de Jesucristo y de corregirse para alcanzar con la confesión el perdón de sus pecados. (San Agustín)


Segundo Punto: En sentido místico puede decirse, que así como el templo de Dios se encuentra en la ciudad, así en el pueblo fiel se encuentra la vida de los religiosos. Y muchas veces sucede que algunos toman el hábito religioso, y mientras llenan las funciones de las sagradas órdenes, hacen del ministerio de la santa religión un comercio de asuntos terrenales. Los que venden en el templo son los que ponen a precio de dinero lo que a cada uno le corresponde por derecho; porque el que pone a precio la justicia, la vende. Y los que compran en el templo son aquellos que mientras no quieren pagar a su prójimo lo que es justo, y no hacen aprecio de cumplir lo que por derecho es debido, una vez que han premiado a sus patronos compran el pecado. (San Gregorio)


  • Coloquio y Comunión Espiritual:

 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)

Eterno Padre os ofrezco la Sangre, el Alma, el Espíritu, el Cuerpo y la Divinidad preciosísima de Tu Hijo Jesús en expiación de mis pecados, los pecados del mundo entero y las necesidades de nuestra Santa Iglesia Católica. Amén.