Os entregarán


Os entregarán

Miércoles XXXIV


Evangelio Diario y Meditación

  •   Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


+Santo Evangelio

Evangelio según san Lucas 21, 12-19:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».


+ Meditación Patrística:

Primer Punto:  Como todo lo que va dicho no procede de la injusticia del que castiga sino de la culpa del mundo que lo sufre, se anuncian los hechos de los hombres malvados cuando dice: "Mas antes de todo esto os prenderán, entregándoos a las sinagogas", etc. Como diciendo: los corazones de los hombres se turbarán primero, y después los elementos; para que cuando se trastorne el orden de las cosas, se sepa de dónde viene esta tribulación. Porque aun cuando el fin del mundo dependa del orden establecido, sin embargo, como encontrará hombres más perversos, nos muestra que serán envueltos justamente bajo sus ruinas.
Consideremos el estado de las cosas en este tiempo. Todos eran sospechosos los unos para los otros; los parientes estaban divididos por la religión; el hijo infiel delataba a sus padres por su fe, y el padre, obstinado en la infidelidad, se hacía acusador del hijo fiel. Toda edad estaba expuesta a los perseguidores de la fe…
Pero como es muy duro todo lo que dice acerca de la muerte, añade en seguida el consuelo de la alegría de la resurrección, diciendo: "Mas no perecerá un cabello de vuestra cabeza". Como si dijese a sus mártires: ¿por qué teméis que perezca lo que no puede ser cortado sin dolor, cuando no puede perecer en vosotros lo que no duele?. (San Gregorio)


Segundo Punto: El que sufre con paciencia la desgracia se hace fuerte contra todas las adversidades. Por esto dominará venciéndose a sí mismo. Sigue: "Con vuestra paciencia poseeréis vuestras almas". ¿Qué quiere decir poseeréis vuestras almas, sino que viviréis sin tacha en todas las cosas y que podréis dominar todos los movimientos de vuestra alma, una vez colocados sobre el alcázar de vuestra virtud?
Poseemos, pues, nuestras almas por la paciencia, porque cuando se nos dice que podremos dominarnos, empezamos a poseer lo que somos. Por tanto, la posesión del alma consiste en la virtud de la paciencia, porque ésta es la raíz y la defensa de todas las virtudes. La paciencia consiste en tolerar los males ajenos con ánimo tranquilo, y en no tener ningún resentimiento con el que nos lo causa.


  • Coloquio y Comunión Espiritual:

 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)

Eterno Padre os ofrezco la Sangre, el Alma, el Espíritu, el Cuerpo y la Divinidad preciosísima de Tu Hijo Jesús en expiación de mis pecados, los pecados del mundo entero y las necesidades de nuestra Santa Iglesia Católica. Amén.