«Y no habéis llorado»



«Y no habéis llorado»

Viernes  II de Adviento

Evangelio Diario y Meditación

  •   Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


+Santo Evangelio

Evangelio según san Mateo 11, 16-19:

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«¿A quién compararé esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».


+ Meditación Patrística:

Primer Punto: En los niños, están representados los profetas, que a causa de la sencillez de su corazón son parecidos a los niños. Predicaron y argumentaron en medio de la sinagoga, como si estuvieran en una plaza pública, pero sus oyentes no armonizaron sus acciones con los cánticos de los profetas y no obedecieron a sus palabras. El baile acompaña al compás de la música y los profetas, como se ve en el cántico de Moisés, de Isaías y de David, llamaban al pueblo para confesar a Dios, por medio de salmos. (San Hilario)


Segundo Punto: En sentido místico. La misma predicación de Juan no pudo convertir a los judíos, a quienes se hizo pesada, difícil y molesta la ley, a causa de ciertas prescripciones sobre la comida y la bebida. Les era imposible no pecar en la ley a causa de la dificultad que tenían en observarla y por eso la ley los sometía al demonio. La predicación del Evangelio en Cristo tampoco les pudo agradar, a pesar de lo libre que les hacía la vida y a pesar de habérseles suavizado las dificultades y pesadez de la ley. Sólo los publicanos y los pecadores creyeron después de tantas y tan grandes amonestaciones. Pero los judíos no fueron justificados por la gracia y fueron abandonados por la ley. La sabiduría fue justificada por sus hijos, es decir, por aquellos que arrebatan el reino de los cielos, mediante la justificación de la fe, confesando la obra justa de la sabiduría, que ha llevado a los fieles todos sus favores. (San Hilario)


  • Coloquio y Comunión Espiritual:

 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)

Eterno Padre os ofrezco la Sangre, el Alma, el Espíritu, el Cuerpo y la Divinidad preciosísima de Tu Hijo Jesús en expiación de mis pecados, los pecados del mundo entero y las necesidades de nuestra Santa Iglesia Católica. Amén.