Y no lo reconocieron



Y no lo reconocieron

Sábado  II de Adviento

Evangelio Diario y Meditación

  •   Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


+Santo Evangelio

Evangelio según san Mateo 17, 10-13:

Cuando bajaban del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.



+ Meditación Patrística:

Primer Punto: No sabían los discípulos por las Escrituras la tal venida de Elías, sino porque lo habían oído de los escribas y este dicho corría entre el pueblo ignorante, como otras cosas que se relacionaban con la venida de Cristo. Mas los escribas no interpretaban como convenía todo lo relativo a la venida de Cristo y de Elías. Las Escrituras hablan de dos venidas de Cristo: de la que ya ha tenido lugar y de la que se realizará después. Pero los escribas, para engañar al pueblo, no hablaban más que de una sola venida y sostenían que, si Jesús era el Cristo, debía ser precedido por Elías. Cristo resuelve esta dificultad de los discípulos diciendo: "Y El les respondió: Elías, en verdad, ha de venir y restablecerá todas las cosas. Mas os digo que ya vino Elías, etc." No creáis que se equivocó el Señor diciendo unas veces, que vendrá Elías y otras que ya vino, porque cuando dice que vendrá Elías y restablecerá todas las cosas, habla del mismo Elías en su propia persona: El restablecerá todas las cosas corrigiendo la infidelidad de los judíos, que entonces encontrará. Esto es precisamente convertir el corazón de los padres hacia los hijos, es decir, el de los judíos hacia los apóstoles. (San Juan Crisóstomo)

Segundo Punto: Si tan grandes bienes producirá la presencia de Elías, ¿por qué no fue enviado ya? Diremos porque entonces tomarían a Cristo por Elías y no creerían en El. Entonces creerán en Elías. Porque anunciando él a Jesús, por tanto tiempo esperado, estarán todos más dispuestos a recibir sus palabras. Cuando el Señor dice que ya vino Elías, este Elías de quien habla el Señor es Juan, a quien por su especial ministerio llama Elías. Porque así como Elías será el precursor de su segunda venida, así también lo ha sido Juan de la primera y llamando a Juan "Elías", nos manifiesta el Señor la conformidad de su venida con el Antiguo Testamento y las profecías. (San Juan Crisóstomo)


  • Coloquio y Comunión Espiritual:

 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)

Eterno Padre os ofrezco la Sangre, el Alma, el Espíritu, el Cuerpo y la Divinidad preciosísima de Tu Hijo Jesús en expiación de mis pecados, los pecados del mundo entero y las necesidades de nuestra Santa Iglesia Católica. Amén.