Todo lo mío es tuyo




Todo lo mío es tuyo

Martes VII de Pascua

Evangelio Diario y Meditación


  •   Oración al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén



+Santo Evangelio

Evangelio según san Juan  17, 1-11a
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo:
Padre, ha llegado la Hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que Él diera Vida eterna a todos los que Tú les has dado. Ésta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.
Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.
Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que Yo tenía contigo antes que el mundo existiera.
Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra.
Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que Tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que Yo salí de ti, y han creído que Tú me enviaste.
Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.
Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y Yo vuelvo a ti.



+ Meditación Patrística:

Primer Punto: Podía el Señor, que había tomado la forma de siervo, orar en silencio, si hubiera sido necesario, pero quiso manifestarse al Padre como suplicante, para que se acordase que era nuestro Maestro. Esta es la razón por la que estas palabras de oración que dirigió al Padre, sirven de edificación, no sólo a los discípulos que le oyeron, sino que también a nosotros que habíamos de leerlas. Lo que dijo: "Padre, viene la hora", demuestra que todo tiempo es oportuno para hacer lo que tiene dispuesto Aquel que no está sujeto a tiempo; y no se crea que esta hora significa hado o destino apremiante, sino disposición divina. ¡Lejos de nosotros el creer que las estrellas obligasen a morir a su Creador!. (San Agustin)

Segundo Punto: Se llama asimismo palabra del Padre, porque por El el Padre lo creó todo y contiene en sí toda palabra; y como si dijera, la aprendieron de memoria para no olvidarla jamás. Y dice: "Y guardaron tu palabra", es decir, en aquello que en mí creyeron; y sigue: "Y ahora han conocido que todo lo que me diste viene de ti". Algunos, sin embargo, dicen que el sentido de éste texto es como sigue: ahora he conocido que todos los que me diste son ajenos a Ti. Pero en esto no tienen razón, porque ¿qué podía ignorar el Hijo de las cosas que son de su Padre? Pero se dice que esto habla de los discípulos, como si dijera: Ellos han conocido que no hay en mí nada extraño a ti, y que todo lo que enseño es tuyo..  (San Beda)

 Tercer Punto:  Cuando dice: "Ya no estoy en el mundo", no podemos entender sus palabras según el progreso del corazón y de la vida. ¿Podemos acaso suponer lícitamente que estuviese poseído en algún tiempo de afectos mundanos? No puede creerse otra cosa sino que, aquel que antes estaba en el mundo, revelaba que ya no continuaría en él con presencia corporal. Por ventura, ¿no decimos todos los días de alguno que marcha o está próximo a morir, que ya no es de este mundo? Por eso, explicando lo que había dicho, añadió: "Yo a ti voy". Y recomendando después al Padre a aquellos que iba a abandonar su presencia corporal, dijo: "Padre Santo, guarda en tu nombre a los que tú me diste". Así es, que ruega como hombre a Dios por los discípulos que de El recibió. (San Agustín)



 + Mensaje


“Queridos hijos, hoy veo dentro de vuestros corazones y mirándolos, mi corazón se aflige en el dolor. Hijos míos, os pido amor incondicional y puro hacia Dios. Sabréis que estáis en el camino recto cuando estéis con el cuerpo en la tierra pero el alma siempre con Dios. Por medio de este amor incondicional y puro reconoceréis a mi Hijo en cada hombre; constataréis la unión en Dios. Yo como Madre estaré feliz porque tendré vuestros corazones santos y unidos. Queridos hijos, tendré vuestra salvación. Gracias.” (Mensaje, 2 de Agosto del 2007) 




+ Coloquio


Dios, Padre nuestro, en nombre de Tu Hijo Jesús, junto con María, Tu humilde sierva, la Reina de la Paz, queremos darte gracias por el amor que nos tienes. Queremos, sin embargo, pedirte ahora que el Espíritu Santo ilumine nuestro corazón, a fin de que podamos responder al llamado de María Santísima a la oración y que, en la oración, podamos abrirnos a Ti. Danos la gracia de poder reconocer de manera especial Tu amor por nosotros a través de las apariciones de María. Que a lo largo de toda nuestra vida podamos responder a Tu amor por nosotros.  (Fr. Slavko Barbaric, Medjugorje, Enero, 29 del 1999)




+ Comunión Espiritual:

 “Padre eterno, permitid  que os ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)